¿Cómo conseguir que la gente deje de tener miedo?

Una persona me hace esta pregunta en su comentario a mis reflexiones sobre el “Pánico financiero”. Dado que el miedo es algo psicológico, tendría que ser psicólogo profesional para saber contestarla con solvencia, y no lo soy; pero…, osaré decir algo sobre ello, confiando en la indulgencia del lector.

Cómo combatir el miedo.

El miedo a veces nos brota, o mejor dicho, se nos cuela en la vida como lo hace un “spam”, o un virus en nuestro ordenador, y la forma mejor de neutralizarlo es utilizando un software o programa de limpieza. En mi opinión, el mejor programa para librarnos del miedo (siempre que no sea patológico o de origen bioquímico, en cuyo caso habría que recurrir a fármacos u otros tratamientos) consiste en utilizar nuestra capacidad de pensar y razonar, y tener siempre activo en nuestro cerebro este programa. En este sentido, una ruta eficaz (en la gran mayoría de los casos) consiste en razonar, desmontar las bases del miedo y complacerse en este desguace tranquilamente, de modo que la sensación de victoria se filtre poco a poco hasta los sótanos de nuestra consciencia (el subconsciente) y quede ahí como inquilina permanente. Cuando desmontar racionalmente las bases del miedo no sea tarea fácil, al menos por uno mismo, conviene asesorarse adecuadamente. Obviamente, determinados charlatanes que frecuentan la TV y la radio no suelen ser asesores fiables.

Miedo a quiebras bancarias.

Hay miedos muy endebles, fáciles de superar porque tienen poco fundamento. Por ejemplo, tener miedo a perder los ahorros depositados en la banca española es ahora mero humo eliminable con un soplo de viento racional. Dada la solvencia de nuestras entidades de crédito, y sobre todo la cobertura de los depósitos ofrecida por los Fondos de Garantía tras el reciente acuerdo del Gobierno, un ahorrador modesto no debería tener miedo, y menos aún si tiene sus depósitos diversificados en dos o más entidades y además en régimen de cotitularidad con su pareja. Piense serenamente en estos mimbres, y su subconsciente, sin darse cuenta, le construirá una cesta de tranquilidad. Porque la probabilidad de que el sistema bancario español quiebre globalmente, de modo que los Fondos de Garantía se vieran desbordados incluso con el aval del Gobierno, es tan pequeña como lo es que un tsunami se cuele por el estrecho de Gibraltar y anegue Roma.

Miedo a la Bolsa.

Hay otros miedos más complejos, y por ello menos fáciles de neutralizar. Así, si tiene dinero en bolsa, su miedo a perder tiene base razonable, porque la bolsa va a seguir convulsa durante bastante tiempo. Sin embargo, puede haber circunstancias en las que no tiene por qué padecer miedo. Si no necesita el dinero urgentemente, puede esperar tranquilamente a mejores tiempos, porque no hay tormenta perpetua y siempre termina por escampar. Los altibajos de la bolsa son tan recurrentes como la secuencia entre la noche y el día. Entierre pues su miedo en el baúl de la esperanza, espere de nuevo al sol naciente y caliente, y deje de obsesionarse con los gemidos temporales de la bolsa. Desconéctese de ella por algún tiempo, como solemos desconectarnos del ordenador y de Internet en caso de rachas de molestos “spams”.

También podría quitarse el miedo de un plumazo, aunque pagando un precio. Podría encontrar formas de protegerse contra caídas adicionales de la bolsa, de la misma manera que suele asegurar su piso contra riesgos de incendios y demás. Basta que contrate un seguro adecuado, es decir, que compre un warrant u opción de venta de acciones con características ajustadas a su caso. Obviamente tendría que pagar una prima de seguro (el precio del warrant) que en estos momentos no es precisamente pequeño. Sobre esta forma de matar el miedo ya hablamos en otra entrada de este blog, en la que nos preguntábamos ¿Gana el oso al toro, o estamos en una bolsa de nadie?

Si, por el contrario, necesita inmediatamente el dinero que ha invertido en bolsa, cuanto antes asuma el accidente bursátil antes dejará de tener miedo. Obviamente, cambiará su miedo por una pesarosa certeza, la de comprobar que ha perdido. Pero, ya se sabe, tras cualquier accidente que no sea mortal, la mejor reacción es la aceptarlo y aprender de él, porque, como ya dijo F. Nietzsche, «lo que hiere, sin llegar a matar, fortalece”. En este sentido, del accidente bursátil podrá extraer una lección inolvidable que le ayudará a invertir mejor en el futuro: Nunca deposite en la Bolsa el dinero que necesita. Precisamente éste es uno de los consejos que incluí en la segunda entrada que hice en este blog, en octubre del 2006, con el título “Diez consejos para invertir en Bolsa”.

Categories: Reflexión

Comments

  1. Anonymous
    Anonymous 23 octubre, 2008, 12:07

    Estoy totalmente de acuerdo con su respuesta pero… no cree que muchas veces determinadas personas (presidentes mundiales) les interesa crearnos miedo para tenernos sometidos a sus teorias y por supuesto a su beneficio?
    (Cuando hice el comentario anterior me referia más al miedo que nos estan provocando que al existente en nuestra mentalidad.
    Mucha gente que tiene miedo no tiene ni ahorros ni dinero en bolsa.
    En cambio cuando se les pregunta en encuestas o hablás con ellos son los que más apoyan la idea de una segunda gran depresión)

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  2. José María
    José María 23 octubre, 2008, 16:42

    Hay quienes negocian con el miedo; lo infunden y difunden para obtener algún tipo ventajas. Así muchos periodistas, sabiendo que la gente es más sensible a las noticias negativas que a las positivas, tienden a exagerar las primeras y oscurecer las segundas, porque, de esta manera, se les lee o escucha más, y su caché aumenta.

    Algunos (afortunadamente no todos) presbíteros y jerarcas religiosos caen en el mismo vicio, educándonos en el temor a un dios justiciero, predicándonos una religión transida de miedo, amedrentándonos con el fuego del infierno para que nos acurruquemos en las iglesias y demos sentido así a su obsoleta ocupación.

    Los políticos que están en la oposición suelen traficar también con el miedo, pintando de negro cualquier intervención del Gobierno, irradiando catastrofismo, afanándose en convencer al electorado de que sólo ellos son capaces de librarnos del caos. Aunque no se tenga dinero en Bolsa, el miedo a perder el puesto de trabajo o sufrir congelaciones salariales suele avivarse mucho con esta obscena estrategia de los partidos de la oposición

    Y obviamente, en el mundo financiero, abundan los casos de rumores y opiniones infundadamente alarmistas, cuya finalidad no es otra que provocar un miedo vendedor que haga bajar los precios de las acciones determinadas empresas que se desean comprar a precios de saldo.

    Insisto. ¡Contra el miedo, educación! En la película, ahora en cartel, sobre el Che Guevara, el protagonista suelta una frase de oro: “Un pueblo sin educación, es un pueblo fácil de engañar”. El miedo es un gran embaucador. Por eso, se le vence, venciendo antes a la ignorancia.

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  3. Anonymous
    Anonymous 25 octubre, 2008, 10:19

    Es muy fácil decir que el miedo se combate con educación pero para la gente de a pie que no tiene trabajo y que les viene las facturas que hace ante más rumores de crisis y de insolvencia.
    Yo estoy con usted respecto que la gente hace demasiado casos a los rumores y a lo que hablan en la prensa en general.
    Pero cuando llegamos a un punto en que las únicas noticias que nos dan es la quiebra financiera me pregunto que bien nos vendria una guerra por algún país, o que empiecen las hambrunas en Africa asi los periodistas hablaran de otra cosa y la gente dejara de tener miedo.
    Y todo volvera a su cauce.
    Ah una última cosa que le parece que los directivos que han arruinado la mayoria de bancos hayan cobrado del dinero de los contribuyente sus indemnizaciones?
    Que le parece que el partido popular pida bajar los impuestos a nivel estatal y en cambio nos suban las tasas locales?
    Y por último me gustaria saber su opinión a cerca de como podemos hacer frente, los españoles de a pie, a la crisis?
    Mi opinión a esta última pregunta es que deberiamos cambiar además de nuestra mentalidad y la de nuestro politicos deberiamos ser capaces de cambiar la forma e que vivimos dejarnos de tanto consumismo y ser más racionales (mirar al pasado para ver como ellos hacian las cosas).
    Ahora preferimos en lugar de arreglar las cosas rotas cojer y tirarlo a la basura, comprar productos fuera de temporada…(despilfarra) si lo pensamos un poco podemos ser más eficientes y más productivos. Un ejemplo si todos los tejados de España pusieran unos paneles solares y unos depositos para la lluvia cuanta energia estariamos ahorrando?
    Si en lugar de tirar todo a la basura reciclariamos a cambio no de nada sino de una retribución (simbolica) cuanta gente cree que lo haria? mucha más de la que lo hacemos (para ello le voy a poner un ejemplo en mi casa se recicla el aceite usado esto se dona gratuitamente al Ayuntamiento este lo vende a una empresa que saca de mi esfuerzo combustible y jabón.
    Que he recibido yo de mi contribucción? Nada que he pagado? Además de pérdida de tiempo pago una subida de tasa de basura y pago el producto final.
    Que recibe el Ayuntamiento dinero de mis tasas, el de la concesion además del IVA.
    Entonces para que reciclo?
    A mi me basta con saber que estoy mejorando el medio ambiente pero a otra genteesto no le sirve en cambio si por reclicar un litro de aceite me compensaria con medio litro por ejemplo de aceite(para consumo) igual mucha gente estaria dispuesta a reciclarlo y asi volveriamos a reducir la dependencia del petroleo.
    Hace poco he visto un documental de una familia filandesa (creo) que decidio vivir sin petroleo durante un año y consiguio reducir bastante si esto lo hariamos todo creo que además de contribuir al medio ambiente también lo hariamos a nuestro PIB.
    (Siento todo este rollo)

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  4. Anonymous
    Anonymous 29 octubre, 2008, 11:46

    Hay mucha sensatez en lo que dice, y al parecer hace, el autor del último comentario. Así, la conciencia y práctica ecológica es el mejor abrazo que podemos dar a los hijos de los hijos de nuestros hijos, es decir, uno de nuestros mejores legados para las generaciones futuras. La racionalización del consumo, separar la paja (lo superfluo) del trigo( lo necesario), cultivar más y mejor el ocio… son pautas posibles y convenientes en estos tiempos de vacas flacas.

    Por otra, parte, y comentando a mi vez algunas de sus reflexiones, creo que los Ayuntamientos, o mejor dicho, sus gestores se van a tornar muy voraces frente a sus vecinos. Se han acostumbrado a la holgura y buena vida que les ha granjeado el boom inmobiliario (por lo ingresos fiscales y no fiscales que han obtenido por la gestión del suelo, licencias de obras etc etc) y se resistirán a apretarse el cinturón. Nos apretarán a nosotros con incrementos de tasas por servicios municipales, impuestos locales bajo su competencia, y con la exigencia de otras servidumbres. Confiemos, cada cual en su municipio, que esta voracidad no nos consuma demasiado, porque no veo escapatoria hasta las próximas elecciones municipales, y ni siquiera entonces, dado lo mucho que les gusta a todos los partidos políticos (sin exclusión, pues apenas veo excepciones) el olor del dinero y del poder que conlleva.

    Respecto a los sueldos de los grandes directivos y su impunidad, soy partidario de una regulación que establezca multas ex – post , como sugiero en la nueva entrada que hago en el blog. También invito a ojear lo que escribí en marzo del 2007 en este blog sobre “¿Pagas de escándalo?”, en concreto sobre “La paga del jefe bancario”.

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