¿Pagas de escándalo?

En la prensa de este fin de semana (16, 17 y 18 de marzo) he leído tres historias de pagas cuestionables. Les cuento, comento y pregunto.

La paga del jefe bancario.

Dicen que en la junta de accionistas del BBVA celebrada en el palacio Euskalduna de Bilbao el viernes 16 de marzo, algunos accionistas azotaron la conciencia del presidente del BBVA, Francisco Gonzalez (FG), reprochándole que hubiese ganado en el año 2006 (sumando salario, bonus variable trienal y aportación al plan de pensiones) casi veinte millones de euros, cerca de quinientas veces más que el sueldo medio de sus empleados. ‘Madre del amor hermoso’, explícanos la hermosura de FG para que tengamos que amarle con tanto dinero; algo así (pienso yo) han debido de implorar, sotto voce, muchos accionistas, empleados, clientes y ciudadanos, cariacontecidos unos y pasmados otros. También se dice que FG reconoció que su paga o retribución “puede parecer alta y éticamente discutible”, pero que se ajusta a lo que se hace en otras grandes empresas y que se calcula “en función de los resultados, el trabajo y la creación de valor aportada”. Ésta fue, al parecer, toda su explicación.

Tim Harford (TH), autor del ‘Economista camuflado’, refrescante libro de economía (a pesar de su deplorable traducción al castellano, al menos en la edición que yo he leído), sugiere una explicación alternativa en la entrevista que ofreció el periódico Cinco Días el pasado 17 de marzo. Este joven economista, que suele escribir con desparpajo en el Financial Times, afirma, refiriéndose a los salarios que suelen ganarse en las grandes empresas conforme se escala en ellas, que “el gran premio se recibe cuando se llega a jefe, cuando la paga ya no depende del trabajo de uno mismo, sino de lo que hacen los demás”. Y añade: “Cuanto más se gana, menos se trabaja”. Por último, con respecto a la enorme presión a la que supuestamente están sometidos los grandes ejecutivos y que justificaría sus pagas multimillonarias, responde con rotundidad: “No es cierto. Me gustaría tener esa presión. Los de arriba dan órdenes mientras que los de abajo ejecutan y tienen más presión porque no tienen el control”.

¿Cuál de las dos explicaciones es más convincente, la de FG o la de TH? Responda usted mismo.

La paga del hijo voraz.

La semana pasada también afloró en la prensa el caso de un joven andaluz de veintidós años que había demandado a sus padres (ante el juzgado de primera instancia y luego ante la Audiencia provincial) porque éstos se habían negado a asignarle una paga superior a 150 euros mensuales, que es lo que venían dándole mientras, al parecer, él convivía con ellos mantenido y vestido, junto con otros dos hermanos. Su demanda fue finalmente desestimada, porque, según los jueces, el pater familiae, que estaba en el paro, aportaba al hogar poco más de 700 euros en concepto de prestación por desempleo y por ende una paga de más de 150 euros resultaba desproporcionada.

Yo creo que los padres (y madres) que ya somos veteranos pertenecemos a una generación de desheredado(a)s, porque al menos en el ámbito familiar la historia nos ha ido privando de derechos y cargándonos de obligaciones. Recuerdo que antes, hace treinta o más años, era costumbre, e incluso un honor filial, que los hijos entregasen a sus padres, mientras vivían con ellos, gran parte, y a veces incluso todo, de las pagas salariales que obtenían en el mercado de trabajo al que se solía acceder a edades más tempranas que ahora, y así lo hicimos cuando vivimos como hijos. Entonces prevalecía y se predicaba el principio, o cuarto mandamiento, que obligaba a ‘honrar al padre y a la madre’, y nosotros los honramos con un amor y una veneración que empezaba por el respeto. Cuando nos ha tocado, y sigue tocando, vivir como padres, nos encontramos con que han cambiado las costumbres familiares, e incluso las reglas de juego establecidas por los legisladores y tuteladas por los jueces; ahora se promueven, pregonan y protegen relativamente más los derechos de los hijos, a respetar por los padres, que sus obligaciones respecto a éstos. Por ejemplo, en el caso que motiva este comentario, aunque los jueces hayan desestimado finalmente la demanda de ese hijo voraz, sorprende que no la hubiesen considerado improcedente desde el principio, admitiéndola por contra a trámite. En los tiempos que corren, no sólo nos dejamos querer por ellos sin exigirles apenas respeto y les cedemos nuestra autoridad a cambio de su amistad (a veces irreverente) sino que también nos vemos obligados a darles (nosotros a ellos y no a la inversa como antes) asignaciones semanales o mensuales capaces de cubrir incluso caprichos juveniles, y además cuando tienen ya edades adentradas en la veintena.

Sí, han cambiado los tiempos y, con ellos, la ética familiar. En un artículo anterior he maldecido a los ‘padres de horror’ y bendecido a ‘los padres de honor’. El caso de este joven andaluz, saqueador de sus padres, me lleva a preguntarme(les): ¿no deberíamos añorar a los tradicionales ‘hijos de honor’ frente a estas nuevas olas de ‘hijos de horror’?.

La paga del político jubilado.

La tercera paga en cuestión la ha recibido Juan María Atutxa (JMA) con su nombramiento como consejero de Bahía de Bizkaia Gas (BBG) a propuesta de Iberdrola. Como es bien sabido, JMA, vinculado políticamente al PNV, ha sido consejero de Interior del Gobierno Vasco y presidente del Parlamento Vasco, y actualmente preside también la Fundación Sabino Arana. Hombre corajudo, se enfrentó con gran energía a ETA cuando fue guardián del orden público en la CAPV y a los jueces cuando ejerció de árbitro del orden parlamentario en Vitoria-Gasteiz. Así pues, no deja de haber cierta simpática coherencia entre su enérgico carácter y la naturaleza energética de la empresa a la que va a aconsejar. Por formación, no chirría su desembarco en Bahía de Bizkaia Gas, pues a cualquier órgano de gobierno de una gran empresa conviene que algunos de sus miembros entiendan de leyes y JMA es abogado, formado en la Universidad de Deusto. Tampoco su edad, sesenta y cinco años, parece un obstáculo para ello, ya que su salud, puesta a prueba, entre otros jueces, por el monte Gorbea (yo le he visto subir), da muestras de ser excelente.

Lo que es cuestionable en este nombramiento, y para muchas conciencias también escandaloso, es que hayan prevalecido los méritos políticos sobre los estrictamente personales y profesionales y que una vez más, y a pesar de la extraordinaria sensibilidad social que hay hoy en día sobre la corrupción política, la opaca financiación de los partidos políticos y la siniestra connivencia entre lo público y lo privado, un partido político y una empresa privada (ambas entidades de gran calado en el País vasco) se hayan abrazado e intercambiado favores. El abrazo entre el PNV e Iberdrola se ha hecho más patente si cabe, el lunes 19 de marzo, en la ceremonia de colocación de la primera piedra de la Torre Iberdrola en Abandoibarra.

Sin menoscabo de su formación y valía personal, ¿habría sido nombrado JMA consejero de BBG sin su currículo político?. Y en un ambiente tan gasificado como el que nos rodea, ¿no deberían los partidos políticos ‘parecer y aparecer’ limpios y decentes, además de serlo? De nuevo, usted mismo.

Categories: Reflexión

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